ARTÍCULO DE OPINIÓN DE PEDRO GÓMEZ PUBLICADO EL 05-09-2015 EN EL DIARIO MONTAÑES
Estas semanas son decisivas para el sector lácteo. Es ahora o nunca cuando se puede revertir la dramática situación que vivimos. A nivel nacional ha nacido un movimiento, la ‘Marcha Blanca’, cuyo objetivo es concienciar a todos los agentes sociales de la importancia de un sector, que atraviesa una crisis colosal, y que está amenazado de desaparecer prácticamente de aquí a 2020. Los ganaderos de Cantabria nos hemos sumado, sin dudarlo, a esta iniciativa, porque sólo uniéndonos podremos conseguir parar la muerte anunciada del sector lácteo. El origen de la ‘Marcha Blanca’ fue en Castilla y León, pero desde cada comunidad autónoma se han adaptado las propuestas reivindicativas a los territorios, en este caso a los intereses de los ganaderos cántabros.
Desde el inicio, esta asociación a la que yo represento, ASAJA, se ha sumado a esta iniciativa de la ‘Marcha Blanca’, bajo el lema: Nuestro futuro es la leche. Hemos querido formar parte de un frente común con las organizaciones agrarias que han querido unirse para salvar al sector. ¡Para exigir un precio digno! Podemos decir con firmeza que, entre todos los que nos hemos agrupado, representamos al 70% de los ganaderos de Cantabria y por ello no les vamos a decepcionar. Desde el minuto 1, hemos incluido en nuestro programa de acciones a todos los implicados en la cadena alimentaria: productor, industria, distribución y consumidores. Como ganadero pido auxilio para este sector y seguiré buscando el máximo número de apoyos, para conseguir que los ganaderos de leche de Cantabria en 2020 no sean “una raza” extinta.
No nos olvidemos que hemos pasado de 3.811 explotaciones, en el año 2001, a 1.481 en el 2014; en una región históricamente ganadera. Cantabria es rural, porque más del 80% de nuestro territorio lo es, esto es innegable. No podemos olvidar quiénes somos, ni subirnos al carro de los modernismos. La ganadería tiene un peso económico en nuestra tierra, en el año 2000 aportábamos más del 4% a la economía cántabra, muchos millones, y ahora, en 2014, un 1,5% con 6.900 empleados en el sector. Somos el sector, después de la construcción, que más ha decrecido. Es el momento de que el Ejecutivo regional se dé cuenta de que el medio rural tiene un anclaje histórico y económico en Cantabria. En los últimos 4 años, nuestra línea presupuestaria ha descendido en casi un 50%. El Gobierno ha hecho una gestión nefasta, invirtiendo millones de euros en empresas fallidas, en vez de fortalecer uno de los pilares de esta autonomía. Se ha dejado morir al ganadero y con ello se ha hecho más pobre a Cantabria. Las consecuencias son el despoblamiento de las zonas rurales, el envejecimiento, el abandono de los montes, aumento de incendios y un largo etcétera.
Desde esta organización agraria, ASAJA, nos toca de manera inminente sacar a flote el sector lácteo. Tras la desaparición de las cuotas, el precio de que se paga al productor por el litro de leche ha caído hasta cifras del año 1990, pero con los gastos y responsabilidades del 2015. No se puede permitir, que un profesional que trabaja los 365 días del año, tenga que vender el litro de leche a la industria por 0,20 céntimos, si le cuesta producirlo alrededor de los 0,34. Las explotaciones están aguantando, pero muchas se están yendo a la quiebra por no poder equilibrar sus cuentas. Empresas productoras de leche que han invertido millones de euros en modernizar unas explotaciones y en conseguir la mejor nota para que luego tengan que malvenderla. ¡Basta!
Soy consciente de que en una Comunidad Económica Europea no se puede imponer un precio fijo porque va en contra del libre mercado, pero SÍ hay herramientas para establecer un precio mínimo. En el movimiento de la Marcha Blanca en Cantabria sabemos que no sólo basta con salir a la calle, también tenemos que recurrir a los gobernantes. Por eso, presentamos en el Parlamento de Cantabria la petición urgente de una propuesta de ley autonómica que establezca un precio mínimo con índices correctores y la recogida del 100% de la leche de ganaderos cántabros. El Parlamento de Cantabria tiene la potestad legislativa de la Comunidad Autónoma, así que puede y debe usar las herramientas del derecho para articular una norma sin contravenir una de ámbito nacional.
En este aspecto, me siento muy agradecido por la buenísima aceptación de los grupos parlamentarios. Han recibido con interés nuestra petición y no han dudado en sentarse con nosotros para buscar alternativas. He sentido voluntad de trabajar y de sumar. El próximo día 11 de septiembre será una gran fecha, porque nos volveremos a sentar en el Parlamento con la idea de plasmar al marco legal estas propuestas de salvar al sector lácteo. Queremos un precio digno que cubra un mínimo. Este medio de comunicación se ha hecho eco en estas semanas de la evolución de esta crisis en el sector y he leído como el consejero de Medio Rural, Jesús Oria, ha manifestado públicamente también que ningún ganadero de leche debe estar por debajo de los 0,32-0,34 céntimos porque no sería una vida digna.
Soy conocedor de los problemas que acarrea tomar la decisión de establecer un precio mínimo amparado por el marco legislativo, porque formamos parte de la Unión Europea. Es cierto. España debiera hacer como el ministro francés, al que algunos critican que lo que ha hecho es incorrecto. Stéphane Le Foll ha recurrido a una medida desesperada en defensa de un sector que se hunde, fijar un precio mínimo. Mal o bien, pero lo ha hecho por el bien de sus ganaderos. Aquí, seguimos a la espera de que la ministra de Agricultura implemente alguna medida real que integre al conjunto de los ganaderos de leche de toda la nación. Mientras tanto, rogamos al Gobierno actual, que preside Miguel Ángel Revilla, que vuelva a apostar por el sector ganadero, olvidado en los últimos años. Queremos que se vuelva a dotar a la consejería de Medio Rural del presupuesto que se merece y que se tomen medidas urgentes para reflotar a los ganaderos. Porque… Sin ganaderos Cantabria no es infinita.