Tengo 20 expedientes sin resolver desde 2010. Lo peor es que a veces ni contestan. En 2013, los lobos me mataron cuatro terneras en octubre y dos potros en primavera… La solución para poder convivir con el lobo es que los pagos se agilicen y se controle la especie». La reflexión, de enero de este año, era un lamento colectivo entre los ganaderos la «alta montaña» de Cantabria. Manuel José Coria, vecino del pueblo de Barrio (Hermandad de Campoo de Suso) fue en esa fecha el portavoz de «los olvidados». Al menos, entonces, esa era su plática. Hoy, pocos meses después, la Consejería de Ganadería del Gobierno de Cantabria no solo admite que las demoras en los pagos de los daños ocasionados por la fauna silvestre son «intolerables» -en palabras de la consejera Blanca Martínez-, sino que cree tener en sus manos un medida paliativa y efectiva: previsiblemente en mayo sacará a concurso la suscripción de una póliza de seguro por un importe de tres millones de euros. Una resolución, meditada, que pretende dar respuesta a una exigencia de la Cantabria rural.
La decisión de firmar una póliza de seguro que garantice el cobro rápido de los perjuicios ocasionados por la fauna silvestre fue aprobada en octubre de 2013 y ahora verá su materialización práctica. Ganadería ya tiene redactado el pliego de condiciones de la propuesta que remitirá en breve al Boletín Oficial de Cantabria (BOC). Se trataría de suscribir una póliza de responsabilidad patrimonial de la Administración que tendrá vigencia en el cuatrienio 2014-2017, por una cuantía máxima de tres millones de euros.
Y no se trata solo de remediar los daños ocasionados por los lobos, cuyo impacto mediático es mayor. Se busca atender las exigencias de los ganaderos cuando reclaman el pago de los perjuicios causados por todo tipo de especies y sobre cualquier propiedad. En concreto, son los jabalíes los que figuran a la cabeza de los desperfectos, sobre todo en praderías, seguidos de venados y corzos cuyo efecto negativo se centra en los prados y cultivos. En ese listado de «dañinos», el tercero es el lobo, aunque en su caso los daños tienen como víctimas al ganado doméstico. Y los expedientes solicitando primero una inspección por los perjuicios y posteriormente el pago de los mismos, se acumulan y retrasan, incrementando la indignación entre los ganaderos.
Proceso lento y quejas
Hasta ahora, el proceso de un expediente indemnizatorio es lento y también cuantioso en términos globales. Tanto como para que Ganadería subraye que el monto de las indemnizaciones anuales en el trienio 2006-2009, último cuantificado y hecho público, alcanzó una media superior a los 415.000 euros anuales. De ahí que frente a esa realidad y la queja permanente de los afectados, la Consejería de Ganadería haya optado por una medida concreta e inmediata: formalizar un seguro que se haga cargo de los pagos buscando agilidad. Tanta como para obligar a que la compensación indemnizatoria se haga efectiva en un plazo que puede oscilar entre el mes y medio y los tres meses, nada que ver con los tres años de dilación de los que hablaba en enero José Manuel Coria, ganadero de Barrio.
Para cubrir el nuevo contrato, la Consejería ya ha planificado un plan plurianual que se inicia en este ejercicio con una dotación de 250.000 euros, y con asignaciones anuales superiores hasta el 2017. Todo ello, como rezará en el contrato ya ultimado que verá la luz en mayo, para «dar respuesta ágil» a los daños inferidos por la fauna silvestre en la comunidad autónoma. Se busca, dice el texto del borrador del pliego de contratación, «evitar retrasos indeseados en la tramitación de los procedimientos de responsabilidad patrimonial», que incluso pueden verse demorados en el tiempo por «restricciones presupuestarias».
En la memoria explicativa en la que Ganadería sustenta la justificación de la contratación de la póliza de seguro, se reconoce que la dinámica actual de pagos por daños no es tolerable. Se explica que se vienen a tramitar una media de 870 expedientes al año (en el período 2006-2012), procedimientos complejos que provocan «que se venga arrastrando una retraso muy importante en el abono de indemnizaciones que corresponden a daños acreditados». Una demora que Ganadería quiere cortar de raíz tras asumir que «en la actualidad es superior a los dos años».
Responder en tiempo
Según los propios técnicos de la Consejería, acabar con esa espera es prioritario. Porque el retraso indemnizatorio «genera situaciones de conflictividad muy importantes en el medio rural entre los afectados». Un malestar que tiene un doble origen: la importancia económica del daño ocasionado, que en algunos casos pone en riesgo la viabilidad de ciertas explotaciones; y «la sensación imperante de que la Administración regional no responde en un tiempo razonable a peticiones de indemnización de escasa cuantía pero que se van acumulando». Todo ello deriva, según Antonio Javier Lucio, jefe del Servicio de Conservación de Naturaleza de Cantabria, en «actitudes de rechazo a algunas de las actuaciones de conservación de especies y espacios protegidos, y en riesgos para especies amenazadas y para el conjunto de los recursos naturales por el uso de medios prohibidos».
De ahí que la decisión política de la consejera de Ganadería, avalada por los técnicos, pase por rubricar una póliza de seguro buscando «inmediatez y seguridad». Un «pronto pago» que contribuirá a preservar «el equilibrio y desarrollo sostenible del sistema y de la Cantabria rural».
El seguro de responsabilidad patrimonial de la Administración cubrirá cualquier daño material ocasionado en «cultivos y animales propiedad de terceras personas causado por las especies cinegéticas en diversos terrenos», y por la «fauna silvestre no cinegética en todo el territorio de Cantabria». La póliza también incluye asumir los gastos derivados de posibles pleitos judiciales, en los que la aseguradora adjudicataria del contrato llevará la dirección jurídica del proceso.
La decisión de Ganadería toma vida cuando apenas hace un mes se dio a conocer que este mismo departamento ultima un borrador de gestión del lobo que incluirá la prohibición de su caza, salvo permiso expreso de la autoridad, en la comunidad autónoma. Una medida que acabará con la autorización vigente en la actualidad que posibilita dar muerte a un ejemplar de lobo en cada batida que se realice en Cantabria, excepción hecha de las practicadas en el área de Picos de Europa.
Fuente: El Diario Montañés