Han tardado meses en anunciarlo y, cuando faltan semanas para la presenación de las listas, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha revelado un nombramiento sin sorpresas. El hasta ahora ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, será el cabeza de lista de la candidatura del PP a las elecciones europeas. En Génova, 13, la dirección de Madrid donde está la sede nacional del PP, se prepara ya para la puesta de largo del candidato, el primer verdadero mitin en el que se proclamará el cartel electoral, que se celebrará este mismo sábado en Toledo, con Rajoy y Cospedal.
«La candidatura va a estar a la altura de lo que necesitan los españoles en el ámbito de la UE», ha subrayado Cospedal antes de afirmar que «Cañete ha sido uno de los que mejor ha defendido a España en Europa». La número dos de los populares también ha revelado que mañana, jueves, se reunirá el Comité Electoral y, tras el encuentro, se hará pública toda la lista, aunque en su comparecencia de hoy ha evitado desvelar nombres. De momento, el veterano barón y ya expresidente de la Región Murcia, Ramón Luis Valcárcel, es el único dirigente de peso que ha anunciado que tendrá un puesto destacado en la lista. Rajoy ha esperado prácticamente hasta el límite legal, aunque aún podía apurar un poco más, hasta el 21 de abril. El presidente del Gobierno ha preferido resolverlo antes de irse de vacaciones de Semana Santa.
Después de casi tres meses de retraso respecto a lo previsto inicialmente -“después del turrón”, dijo el presidente Mariano Rajoy en Navidad y así lo creía la mayoría de los dirigentes populares-, el PP ha hecho público lo que era un secreto a voces, justo un día después del rechazo del Congreso a la consulta catalana. El cambio de Gobierno que su salida provoca quedará resuelto este mismo viernes. Las apuestas siguen señalando que el cambio será muy pequeño, tal vez solo la sustitución de Arias Cañete por la secretaria general de su ministerio, Isabel García Tejerina. Sin embargo, el presidente lleva estas cuestiones con tanta discreción que no es descartable cualquier sorpresa de última hora. Ahora empiezan las especulaciones sobre los tiempos. Rajoy podría aprovechar el Consejo de Ministros del viernes, aunque fuentes de la dirección del partido creen que esperará.
Cospedal y el PP han limitado últimamente sus comparecencias públicas –las dos últimas semanas no se ha convocado la habitual rueda de prensa de los lunes- y el hecho de que el caso Gürtel vuelva a estar en primer plano –dos autos del juez Ruz sentencian que la reforma de la sede del PP se pagó con dinero negro y que el dinero uso este tipo de fondos opacos durante años- hacía dudar de la oportunidad de una comparecencia de Cospedal. La decisión última la ha tomado ella. De hecho, la única mención a estos asuntos que ha pronunciado la líder popular ha sido la petición de que finalice ya la instrucción. «Cuanto antes termine el proceso judicial, mejor», ha zanjado.
En cualquier caso, tras el nombramiento del contrincante de Elena Valenciano, candidata del PSOE, los principales dirigentes del PP, que llevan semanas haciendo campaña sin candidato europeo, podrán finalmente ponerle cara el proyecto del partido para las elecciones del 25 de mayo.
Arias Cañete, que lleva semanas esperando, recordó este martes que «siempre» está «a disposición del PP», aunque el jefe del Ejecutivo no le ha llamado todavía. En el PP están convencidos de que esta estrategia, esto es, apurar los tiempos hasta el límite legal, es la acertada. Consideran que Valenciano se está quemando sola y casi todos recurren al símil del púgil que no sabe a quien enfrentarse para describir la situación. La presidenta de los populares en la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, calificó esta hoja de ruta de «gran acierto» por tener «desubicada» a la número dos del PSOE.
No obstante, esta demora también ha suscitado críticas internas. Primero, porque Rajoy fue uno de los pocos líderes en acudir sin candidato al congreso del PPE, que se celebró a principios de marzo en Dublín. Y después por renunciar a movilizar a los electores con un nombre desde el primer momento.
Fuente: EL PAÍS